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Sunday, October 09, 2005

La historia de un neo-rocker adicto a la heroina que se ve bien y eternamente joven con cualquier cosa que se ponga fue la razón por la que me levante esta mañana.
All the clubs, all the pubs, all the drugs we shared together.
Do you still remember? I thought it would last forever.

Pero la fiesta siempre termina dos minutos antes para los que no entienden que al exceso le corresponde siempre lo que es del exceso. El resto de los mortales nos quedamos afuera de la ecuación. Si hubiera alguna razón por que la quedarse de aquel lado del espejo, seguramente estaría ahí ahora. Bailando de frente a un acantilado, botella en mano, droguería en sangre, con algun peter pan de la mano que estuviera a punto de romperme el corazón.

Ahora la realidad va por otra cuerda. No sueño más despierta con noches que nunca terminan, y no debato mis tardes entre el deber y el ser. Nadie que me conoce ahora sabe quien supe ser, ni que firmaba todas mis cartas con una x inexistente. Era una ficción, era ingeniera de mi propia personalidad, arquitecta de la emoción de los extraños, peinadora profesional, el primer barrilete del cielo. La estrella más furiosa, la inteligencia mejor desperdiciada de todo Buenos Aires. Tenía autoridad en perder la cabeza, tenía justificaciones de sobra para regalarle a cualquiera que se sintiera culpable.

La verdad ahora se ubica entre el decimotercero y el vigesimoquinto destornillador. Es domingo y me siento bien. Nunca me cansaré de decirlo. I no longer hear the music.